Con el estruendo de tambores, cada representante encarnado con armamento indígena, vestimenta y cascos elaborados con cabezas de animales o penachos con grandes dimensiones, danzaron por las avenida Zaragoza, Juárez y Corregidora, para después subir al Templo de la Cruz donde representan la batalla que dio origen a la fundación de la ciudad de Querétaro.
“En 1531 aquí en el cerro del Sangremal, hubo una batalla muy grande entre chichimecas y españoles, los españoles querían que los chichimecas se rindieran que, dejaran las armas y los chichimecas dijeron que no, los españoles no querían que corriera la sangre y se entabló una batalla, corrió la sangre para los dos bandos”, comentó uno de los danzantes a a.m. de Querétaro.
En aquel tiempo los indígenas eran comandados por el Indio Conín, sin embargo, quienes actualmente danzan como representantes de la cultura indígena son en su mayoría linaje del chichimeca conocido como Atilano Aguilar y algunas compañías que también son invitadas de otras partes de la República.
“Dicen que era una tarde y empezó a anochecer y a relampaguear y a llover y se apareció un jinete en el cielo, los españoles dijeron que era Dios y los indígenas convertidos a la religión católica lo aceptaron y ese jinete en el cielo era el señor Santiago que venía montado en su caballo blanco”, explicó otro de los concheros.
A lo largo del trayecto, miles de personas se aglutinaron en las banquetas del Centro Histórico para presenciar las representaciones.
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